9/1/11
Historia de un ángel, un francés y una paloma
En 25 años como estatua humana jamás me pasó algo así: una paloma se paró en mi hombro y vació su intestino. Como buen profesional me quedé en posición de ángel hasta que un turista francés me dio una moneda. Moviéndome lenta y elegantemente le saqué la corbata y limpié mi hombro. Luego levanté el cuello de su camisa, le anudé la corbata y con la pintura de mi dedo le escribí merci bocoup en su chaqueta. Cuando pensé que llamaría a carabineros me sonrió, me dejó mil pesos y se fue feliz.
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